Descripción
Juan Antonio Morales (Villavaquerín del Cerrato, Valladolid, 1909-1984, Madrid). Pintor. Entre 1914 y 1919 recibió con su familia en Cuba. Tras estudiar el bachillerato en Valladolid, en 1927 regresó a la isla, donde inició estudios de Medicina –pronto interrumpidos–, y frecuentó el estudio de Armando Maribona, cuya influencia se advierte sobre sus caricaturas, alguna de ellas firmada «Katoño», y la Academia de Bellas Artes de San Alejandro, además de conectar con el ambiente de los escritores del grupo «minorista».
En 1931, año en que celebró una individual de paisajes y tipos cubanos, de carácter naturalista, y entre los que destacan Mamá Cachita (1929) y Tocadores del son (1930), en el Círculo Mercantil vallisoletano, trasladó su residencia a Madrid, para ingresar en la Academia San Fernando.
Discípulo de Vázquez Díaz, fue próximo, durante los años 30, a José Caballero, al que conoció en el Casón, con el que compartió estudio, en 1934 realizaron el cartel de Yerma de Federico García Lorca, y con el que frecuentó La Barraca. García Lorca, José caballero y Morales colaboraron además, ese mismo año, en la decoración de La Saeta, un establecimiento de venta de manzanilla en la madrileña calle del Prado.
Por aquella época realizó algunas muy interesantes obras próximas al surrealismo, como Marinero ciego (1932), firmado, como otras obras suyas de aquel periodo, «Juan Antonio», y que perteneció a Rafael Botí.
En 1935 realizó el cartel de las Ferias y Fiestas de Valladolid. Al año siguiente participó en la Bienal de Venecia y obtuvo una plaza de profesor de dibujo. Durante la guerra civil, cuyo estallido le sorprendió en Madrid, colaboró con la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura y en revistas como El Mono Azul y El Buque Rojo; ilustró, con el seudónimo de «Juan Antonio», la edición popular del Romancero gitano lorquiano y Crónica del pueblo en armas (1936) de Ramón J. Sender; fue el autor del célebre cartel anónimo Los nacionales; y luchó en el frente.
Al término de la contienda se encontraba en Alicante. Detenido en dos ocasiones y juzgado ante un consejo de guerra, en 1940 quedó absuelto. José Caballero, con el colaboró en trabajos escenográficos, le ayudó a reincorporarse a la vida artística. Pronto se convirtió en uno de los retratistas más apreciados por la «buena sociedad» madrileña. Todavía en algunas de sus obras de los años 40, así en El fantasma de la playa (1942), aparecen elementos chiriquianos.
En 1964 ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, siendo nombrado diez años más tarde director de la Academia de Bellas Artes de España en Roma.
En 1984 el Banco Bilbao Vizcaya le dedicó una retrospectiva en sus sedes madrileña y vallisoletana; su catálogo recoge textos de Laura Arias, Luis blanco Soler, José Caballero, Antonio Manuel Campoy, Álvaro Delgado, José Antonio Giménez-Arnau y Juan José Martín González. La mencionada Laura Arias es autora de la obra de referencia sobre él, su tesis doctoral El pintor Juan Antonio Morales: vida y obra (Madrid, Universidad Complutense, 1988).
[Juan Manuel Bonet: Diccionario de las Vanguardias en España (1907-1936)]Procedencia:
Manuel Altolaguirre, Madrid
Herederos del escritor
Colección particular, Madrid