Descripción
José Moreno Villa (Málaga, 1887-1955, Ciudad de México). Poeta y pintor. En su juventud estudió Químicas en Alemania, y a partir de 1910 Filosofía y Letras en Madrid. Ya durante la década siguiente frecuentó a los creadores jóvenes que se alojaban en la Residencia de Estudiantes, donde él, paisano y amigo de juventud de Jiménez Fraud, se instaló en 1917; Federico García Lorca le dedicó uno de los poemas del Romancero gitano (1928) y una de sus Primeras canciones (1936). Fue colaborador asiduo de España y de El Sol. Entre 1916 y 1921 trabajo en la Editorial Calleja.
En su obra poética recorrió el camino que va del post-modernismo a la vanguardia, como puede comprobarse en sus libros sucesivos, Garba (1913); El pasajero (1914) -con prólogo de Ortega y Gasset-; Luchas de «pena» y «alegría» y su transfiguración, Alegoría (1915); Evoluciones (1918); Colección (1924) -que suscitó unas extensas «Reflexiones sobre la lírica» de Antonio Machado en Revista de Occidente-; Pruebas de Nueva York (1927) -fruto de un viaje a aquella ciudad, e ilustrado por él mismo-; Jacinta la pelirroja (1929); las tres series de Carambas (1931); Puentes que no acaban (1933) y Salón sin muros (1936). También publicó una monografía sobre Velázquez (1920), el volumen de cuentos Patrañas (1921), La comedia de un tímido (1924) -con un retrato por Vázquez Díaz-, y un Florilegio (1920), con prólogo de Pedro Henríquez Ureña.
En 1923 fue uno de los participantes en los «Cinco minutos de silencio» en homenaje a Mallarmé del Jardín Botánico madrileño. Sus primeros cuadros los pintó en 1924, año en que Gerardo Diego, al que trató en Gijón, donde entre 1921 y 1922 él estuvo destinado como bibliotecario, le dedicó uno de los poemas de Manual de espumas. Por aquella época frecuento la Academia Libre de Julio Moisés. Al año siguiente participó en la Exposición de Artistas Ibéricos de Madrid, sobre la que escribió un penetrante artículo en Revista de Occidente, y viajo a París, donde visito a los Delaunay.
Hay correspondencias notables entre su poesía y su pintura, así por ejemplo entre su poema «Cuadro cubista» de Jacinta la pelirroja, y alguno de sus bodegones. Como redactor-jefe, entre 1927 y 1933, de Arquitectura, apoyó la arquitectura racionalista, y el arte de los españoles de París. Suyo es el retrato de Ramón Gómez de la Serna incluido como frontispicio de Caprichos (1925).
De 1926 son sus «Dibujos alámbricos» publicados en Martín Fierro. En 1927 celebró, en el Salón de Automóviles Chrysler de Madrid, su primera individual, reseñada por Antonio Espina en Revista de Occidente, y realizó el retrato de Alfonso Reyes incluido en Visions de l’Anahuac, versión francesa del libro del mismo título. En 1928 expuso también en solitario en el Ateneo de Madrid, y prólogo La flor de la Californía (1928) de José María de Hinojosa, del que hizo el retrato para La sangre en libertad (1931).
En 1929 pronunció la conferencia inaugural –«En vez de vinagre, yodo»– de la Galería de La Gaceta Literaria. Al año siguiente contestó a la encuesta vanguardista de la misma revista, pronunció una conferencia sobre arquitectura racionalista –«Función contra forma, confort contra lujo»– en la Residencia de Estudiantes, y otra en el marco de la Exposición de Arquitectura y de Pintura Modernas de San Sebastián, en la que participó.
En 1931, año en que la República lo nombró director del Archivo de Palacio, fue uno de los fundadores de la Agrupación Gremial de Artistas Plásticos (AGAP) e ilustró La saeta de Alfonso Reyes. Gerardo Diego lo incluyó en las dos ediciones de su Antología; también figura en las de José María Souviron (1934), Mathilde Pomès (1934), Giacomo Prampolini (1934) y Geers y Pastor (1935) [año en que ilustra El carbón y la rosa de Concha Méndez], y la de Álvaro Arauz de poetas andaluces (1936). Celebró individuales en el Museo de Arte Moderno (1932) y en el Centro de Exposición e Información Permanente de la Construcción (1935), ambas en Madrid.
En 1933 fue miembro del Grupo de Arte Constructivo. En 1936 participó en la exposición parisina de SAI. Parte de la Guerra Civil, durante la cual permaneció fiel a la República, la pasó en Valencia. En 1937 marchó a Estados Unidos, y de ahí a México, donde en 1939 se casó con Consuelo, la vida de su amigo Genaro Estrada.
Dejó uno de los mejores libros de memorias de su época: Vida en claro (1944). Juan Ramón Jiménez lo incluyó entre sus Españoles de tres mundos. Parte de su biblioteca se conserva en la Residencia de Estudiantes.
Sobre su obra deben consultarse el número monográfico que en 1956 le dedicó la revista Caracola de Málaga -con contribuciones de, entre otros, Vicente Aleixandre, Manuel Altolaguirre, José Luis Cano, Luis Cernuda, Gerardo Diego, Jorge Guillén, Pedro Pérez Clotet, Emilio Prados, Carlos Rodríguez Spiteri, Esteban Salazar Chapela, José María Souviron, Guillermo de Torre y Adriano del Valle-; el estudio de José Francisco Cirre sobre La poesía de José Moreno Villa (1963); el libro de Eugenio Carmona José Moreno Villa y los orígenes de las vanguardias artísticas en España (1985); el excelente catálogo, con textos de José Francisco Cirre, Francisco Calvo Serraller, Jesús Domínguez Bordona, Jorge Crespo de la Serna, Luis Moya y Eugenio Carmona, de la retrospectiva que en 1987 le organizó el Ministerio de Cultura, con Juan Pérez de Ayala como comisario; el volumen Iconografía de José Moreno Villa (1988) recopilado por Alba Rojo y el libro colectivo José Moreno Villa en el contexto del 27 (1989), coordinado por Cristóbal Cuevas, y que reúne las ponencias de un congreso. Existe una edición facsimilar (1987) del ejemplar, decorado con dibujos, de Colección que le dedicó a García Lorca.
[Juan Manuel Bonet: Diccionario de las Vanguardias en España (1907-1936)]José Moreno Villa fue pintor, poeta, ensayista y crítico e historiador de arte. Si en algo destacan los dibujos de Moreno Villa es en la pureza de la línea y en la simplicidad de la forma. Dos cualidades que le convertían, además, en un excelente retratista y en un gran ilustrador. Las revistas poéticas y literarias de la época acudieron en muchas ocasiones a él –en La Gaceta Literaria de Madrid, sobre todo en los años 1927 y 1928, nos encontramos con una magnífica «galería de retratos»–, o bien el propio Moreno Villa gustó de publicar poemas y prosas acompañados de dibujos a línea. Bastaría recordar sus tres grandes series: «Schola Cordis», Litoral, 1926; «Taurus-Equus-Amor», Verso y Prosa, 1928, y los «Paisajes líricos a punta seca» de la revista Sur en 1933; sin olvidar sus libros Pruebas de Nueva York, 1927, y Jacinta la pelirroja, «poema en poemas y dibujos», de 1929.
[Juan Pérez de Ayala]Bibliografía:
Concha Méndez. El Carbón y la Rosa: Dibujos de J. Moreno Villa. Madrid: Imprenta de C. Méndez M. Altolaguirre, 1935. Colección Teatro Infantil de Concha Méndez, 1. Reproducido.
Procedencia:
Manuel Altolaguirre, Madrid
Herederos del escritor
Colección particular, Madrid