José BERGAMÍN | El cohete y la estrella

4.200,00

PRIMERA EDICIÓN DEL PRIMER LIBRO DE BERGAMÍN, DEDICADO AL POETA MANOLO ALTOLAGUIRRE

Bergamín, José
1895-1983

El cohete y la estrella: (Con una caricatura lírica de J.B. por Juan Ramón Jiménez)

Madrid: Índice, 1923. Retrato. 8vo [20 x 13,5 cm] Encuadernación tela editorial. Protegido en caja-estuche de conservación encuadernado en holandesa media piel a bandas. Colección Índice Vol. VII

Primera edición del primer libro de Bergamín y primero de sus libros de aforismos, en tirada limitada de 1100 ejemplares editados bajo la exquisita supervisión del premio Nobel Juan Ramón Jiménez

Dedicatoria autógrafa de Bergamín a Manuel Altolaguirre tan sólo dos meses después de la fecha de impresión: «A mi querido Manolito, con un abrazo: Pepe. Madrid. Enero, 1924.»

Buen estado de conservación, sin manchas ni roces

EXTRAORDINARIO EJEMPLAR DE ESTE RARÍSIMO LIBRO ASOCIADO A DOS FIGURAS CLAVES DE LA GENERACIÓN DEL 27

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Descripción

José Bergamín (1895-1983). Prosista y poeta. Hijo de Francisco Bergamín, ministro de Alfonso XIII. Hermano de Rafael Bergamín y cuñado del también arquitecto Carlos Arniches. Contertulio de Ramón Gómez de la Serna desde los inicios de los sábados pombianos, aparece retratado en el cuadro de José Gutiérrez Solana.

Colaboró en Los Lunes de El Imparcial, que al parecer a comienzos de los años veinte llegó a dirigir. Sus primeros libros, deslumbrantes de ingenio aforístico y de ironía, y de un estilo deudor del de Jules Renard, Jean Cocteau o el propio Ramón, pero enseguida muy personal, y que pronto contó con imitadores, fueron El cohete y la estrella (1923) –prologado por Juan Ramón Jiménez, que le había rechazado un libro de versos, y que luego, cuando ya habían roto, incluyó el texto en Españoles de tres mundos–, Tres escenas en ángulo recto (1925) -del que existe un ejemplar caligrafiado por Torres García-, Caracteres (1927), Enemigo que huye (1927)-obra teatral rechazada en su día por Gregorio Martínez Sierra- y El arte de birlibirloque (1930), «ensayo sobre el entendimiento del toreo» ilustrado por él mismo con dibujos cercanos a los del Francisco Bores de aquellos años.

De su vinculación con los poetas del 27, con los que compartió el conocimiento de las vanguardias europeas y la pasión por el pasado de la cultura española, y con los que coincidió en múltiples revistas, y tardíamente en el comité de redacción de Los Cuatro Vientos, nos hablan las dedicatorias que hicieron figurar Gerardo Diego en Manual de espumas (1924) José María Hinojosa en Poema del campo (1925), Rafael Alberti –del que el año anterior había prolongado La amante– en El alba del alhelí (1927), Federico García Lorca en Canciones (1927), Vicente Aleixandre en Ámbito (1928), Joaquín Romero Murube en Sombra apasionada (1929) y Fernando Villalón en Romances del 800 (1929).

En 1923 fue uno de los participantes en los «Cinco minutos de silencio» en menaje a Mallarmé del Jardín Botánico madrileño. En 1925, año en que publicó en Alfar su artículo «Nominalismo supra-realista», fue uno de los firmantes del manifiesto del Salón de Artistas Ibéricos; en 1932 volvemos a encontrarlo entre los de la SAI. En 1927 participó en el acto gongorino del Ateneo de Sevilla. En 1928 junto con su esposa y con Hinojosa realizó un crucero que les llevó a diversos países europeos, incluida URSS.

El ballet de Rodolfo Halffter Don lindo de Almería, para el que escribió el libreto en 1926 y que él calificó de «cromoterapia costumbrista», se estrenó años después, en México. En 1929 existió un proyecto de otro ballet, no realizado, para la Exposición de Barcelona, que se hubiera titulado Electra electrocutada, con libreto de Alberti y Bergamín, música de Óscar Esplá y decorados de Benjamín Palencia. En 1930 contesto a la encuesta vanguardista de La Gaceta Literaria, participo en el viaje a Barcelona de los intelectuales castellanos, y prólogo junto con Gerardo Diego la edición española de Trilce de César Vallejo.

La República nombró a Bergamín Director General de Acción Social Agraria, cargo en el que duró poco tiempo. Su revista Cruz y Raya (1933-1936) fue una de las grandes publicaciones españolas de los años 30; en ella convivieron, al amparo del peculiar catolicismo de su director, escritores de las más variadas ideologías, comunistas y falangistas –José Antonio Primo de Rivera intentó ficharlo– incluidos; en las «Ediciones del Árbol» aparecieron algunos libros fundamentales. Durante esta década publicó varias recopilaciones de ensayos: Mangas y Capirotes (1933), dedicado a Manuel de Falla, que le encontró «forma de fuga»; La cabeza a pájaros (1934), con un retrato por Benjamín Palencia; Lope, suelo y vuelo de España (1935); Disparadero español 1. La más leve idea de Lope y Disparadero español 2. Presencia de espíritu (1936), donde entre otros textos recoge sendas conferencias sobre Benjamín Palencia de 1928 y 1932.

Otras amistades suyas en el campo de la pintura fueron Bores, que le hizo un retrato a línea, y André Masson, con el que tuvo proyectos tauromáquicos que no llegaron a realizarse.

Durante la Guerra Civil, cuyo estallido les sorprendió en su ciudad natal, fue el principal impulsor de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, perteneció al comité de redacción de Hora de España –en la que colaboró, así como en otras publicaciones republicanas–, y prólogo el terrible panfleto antipoumista de «Max Rieger» Espionaje en España (1938). Tras el final de la contienda se exilió en París. Posteriormente lo encontramos en México –donde fundó una nueva editorial, Séneca, que en 1940 publicó Poeta en Nueva York de Federico García Lorca–, Caracas, Montevideo y nuevamente París.

Tras un primer intento de retorno en 1959, volvió definitivamente a España a mediados de los años 70. Lo principal de su admirable poesía, poco divulgada, fue escrito durante aquellos años, y durante los últimos de su vida, que transcurrieron en Madrid y en San Sebastián, donde tomó posición en favor de ETA.

Manuel Altolaguirre (Málaga, 1905-1959, Burgos). Poeta destacado de la Generación del 27, y uno de los mejores impresores de poesía con que ha contado España a lo largo del siglo XX. Hijo del escritor festivo Manuel Altolaguirre Álvarez. Estudió Derecho –por libre– en Granada. En su ciudad natal, y en 1923, fue, junto con Emilio Prados y José María Hinojosa, uno de los artífices de Ambos. En 1924 pasó unos meses en Madrid, donde trabajo en el bufete de Francisco Bergamín, el padre del escritor [José Bergamín].

Nuevamente en compañía de Prados y de Hinojosa fundó, tres años más tarde, Litoral, una de las principales plataformas de la poesía de su generación, y cuidó de su edición, y de la de los libros adjuntos, en el marco de la Imprenta Sur, de la que fue socio. «Nuestra imprenta –iba a recordar años más tarde– tenía forma de barco, con sus barandas, salvavidas, faroles, vigas de azul y blanco, cartas marinas, cajas de galletas y vino para los naufragios.»

Sus primeros libros, Las islas invitadas y otros poemas (1926) –del que publicó posteriormente una edición aumentada (1936)– y Ejemplo (1927), se inscriben en el horizonte común de su generación: vanguardia, Juan Ramón Jiménez, popularismo. Vicente Aleixandre le dedicó Ámbito (1928).

Su primer viaje por Europa (Francia, Bélgica, Italia) tuvo lugar durante el invierno 1928-1929. Su siguiente aventura editorial, Poesía, la inició, ya en solitario, en Málaga, y la prosiguió en París, donde residió durante los años 1930 y 1931, y donde Gregorio Prieto le hizo varios retratos manejando su Minerva portátil; para la mente, editor diversos libros y pliegos poéticos.

Parte del verano de 1931 lo pasó en Port-Cros, en casa de Jules Supervielle, al que tradujo; lo acompañaba entonces Rafael Alberti, con el que tuvo el proyecto de hacer una revista que se hubiera titulado La mar y los peces. Ese mismo año tradujo un texto de Eugene Jolas para Imán. Ya en Madrid, y fruto de su colaboración con concha Méndez, con la que se casó en 1932 –Federico García Lorca, que los había presentado el año anterior, les dedicó una de las composiciones del Poeta en Nueva York–, vieron la luz la revista Héroe y los libros de la editorial La Tentativa Poética. En 1933 prólogo junto con Aleixandre –que el año anterior le había dedicado una sección de Espadas como labios (1932)– el catálogo de la individual madrileña de Manuel Ángeles Ortiz.

Fue incluido por Gerardo Diego, que lo había caricaturizado en una de sus «jinojepas» de Lola, en las dos ediciones de su Antología. Aparece asimismo en las de Mathilde Pomès (1934), Giacomo Prampolini (1934), José María Souviron (1934), G.J. Geers y José Fr. Pastor (1935) y Gebser y Winstone (1936), y en la de Álvaro Arauz de poesía andaluza (1936).

Gracias a una beca de la Junta de Ampliación de Estudios Altolaguirre y concha Méndez recibieron en Londres durante los años 1933 a 1935. Ahí lanzaron 1.616, donde É tradujo el Adonais de Shelley, que en 1936 publicó como volumen exento. Pronuncio, en la capital británica y en Oxford, conferencias sobre el «nuevo romanticismo» en la poesía española.

Durante el periodo 1935-1936, en el que fue socio de ADLAN, Altolaguirre y Concha Méndez cuidaron la impresión de la nerudiana Caballo verde para la poesía –él fue uno de los firmantes del Homenaje a Pablo Neruda (1935) de los poetas españoles–, de algunos de los libros de las Ediciones del Árbol, y de Los Crepúsculos (1936).

Su obra en verso de los años 30 consta de tres plaquettes: Un día, Amor y Un verso para una amiga (1931), el libro Soledades juntas (1931) – que en 1932 motivo un artículo de Gerardo Diego en El Sol– y de otra entrega breve, La lenta libertad (1936), fragmento del volumen del mismo título por el que en 1933 obtuvo el Premio Nacional de Literatura. Publicó además una Antología de la Poesía Romántica Española (1932); una biografía de Garcilaso de la Vega (1933), una figura que empezaba a ser reivindicada, y que lo sería más todavía durante la década siguiente, por los partidarios de un giro neo-clásico en poesía; y traducciones de Victor Hugo y Chateaubriand.

El estadillo de la Guerra Civil lo sorprendió en Madrid; durante los primeros días de la contienda dos de sus hermanos fueron fusilados por los republicanos en su ciudad natal. Miembro fundador de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura, imprimió diversas revistas –entre ellas Hora de España y Granada de las armas y las letras– y libros. Al término de la contienda, y tras pasar por París, donde los alojó Paul Éluard, Altolaguirre y Concha Méndez residieron en Cuba y en México; en ambos países prosiguió la actividad editorial del poeta. Ya separado de Concha Méndez, se dedicó, junto con su segunda esposa, María Luisa Gómez Mena, a actividades cinematográficas, produciendo películas de Luis Buñuel y Eduardo Ugarte, entre otros.

Juan Ramón Jiménez lo incluyó entre sus Españoles de tres mundos. Su primer viaje de regreso a España tuvo lugar en 1950. Altolaguirre y María Luisa Gómez Mena fallecieron en accidente de automóvil durante otra estancia en la península. Entre los poemas que motivó su muerte destaca el de Gerardo Diego, incluido en El Cordobés dilucidado y Vuelta del peregrino (1966). Luis Cernuda prólogo el volumen póstumo que contiene sus Poesías completas (1926-1959) (1960).

[Juan Manuel Bonet: Diccionario de las Vanguardias en España (1907-1936)]